El claustro en guerra

Foto de Oliver Henze vía Flickr


Allá por los noventa, Andy Hargreaves realizaba una investigación en el colegio de un pequeño pueblo canadiense llamado Roxborough. Influenciado por los procedimientos de Paulo Freire, quiso conocer el contexto de aquella comunidad educativa viviendo la realidad de su día a día, integrándose en el claustro… Y eso le permitió llegar a la verdadera causa de los pésimos resultados que curso tras curso cosechaba el alumnado del centro.

En aquella época, el joven Andy seguía con interés la actualidad. Como el resto del mundo, estaba impactado por el conflicto fratricida que asolaba la región de los Balcanes. El investigador que llevaba dentro no pudo reprimirse cuando descubrió que el barbero que le cortaba el pelo era esloveno. «¿Por qué os estáis enfrentado?», le preguntó. Entre corte y afeitado, el hombre le habló de una guerra de principios del siglo XX cuyas heridas se había cerrado en falso.

Hargreaves enseguida encontró paralelismos entre sus hallazgos en el colegio de Roxborough y el relato de su barbero. En el claustro también existían facciones de profesores que se odiaban y que mantenían un conflicto abierto. Como en los Balcanes, no había una causa clara y se aludía a agravios del pasado a modo de difusa justificación.

De nuevo en la barbería, Hargreaves observó con cierta estupefacción que el dueño era buen amigo de otros dos comerciantes de la zona: un serbio y un croata que, como él, también se encontraban exiliados. «Es curioso —dijo uno estando los tres reunidos con Hargreaves—, si estuviéramos en los Balcanes nos odiaríamos a muerte; pero aquí hemos podido conocernos lejos del conflicto y nos tenemos aprecio».

Una luz se encendió en Hagreaves y enseguida se puso en marcha para comprobar su nueva teoría. Localizó a docentes que habían ejercido en el colegio de Roxborough. Fue fácil, muchos ejercían en otras escuelas de pueblos colindantes. A veces incluso coincidían varios antiguos profesores de Roxborough. En esos casos, siempre contaban lo mismo: «Allí estábamos enfrentados, te metes en esa guerra casi sin querer, pero en realidad no teníamos problemas y ahora nos llevamos muy bien».

Un claustro balcanizado es un claustro fracasado

Tantas eran las similitudes con lo aprendido en su barbería que Hargreaves definió a Roxborough como una «ESCUELA BALCANIZADA». Al compararla con comunidades profesionales equilibradas, descubrió que la balcanización afecta a los resultados académicos, a las relaciones del alumnado… LO INTOXICA TODO.

0