Foto de Leo Hidalgo vía Flickr |
No me gusta escribir sobre cosas tristes, pero este es un post sobre la docencia en la universidad...
En estos días se ha desarrollado el proceso de selección de profesorado para mi universidad. Uno de los candidatos a formar parte del Claustro de la Facultad de Ciencias de la Educación presentó un Proyecto Docente basado en dos de las metodologías activas más utilizadas en la escuela: aprendizaje cooperativo y ABP. En su valoración, el tribunal de supuestos expertos —ahora entenderás mis dudas— concluyó: "Esto es demasiado innovador para la universidad, aquí necesitamos centrarnos más en los contenidos". Evidentemente, el candidato fue suspendido por ser "demasiado innovador". Triste, ¿verdad? Todavía puedo deprimirte un poco más, confía en mí.
En cierta ocasión propuse el siguiente ejercicio en mi clase de tercero de Pedagogía: "Piensa en todas las asignaturas que has tenido en esta facultad. Haz una generalización y define, partiendo de tu experiencia, el concepto de didáctica". Una de mis alumnas escribió lo siguiente:
La didáctica universitaria es el proceso por el cual la información que está en los papeles del profesor pasa a los papeles del alumno sin pasar por la cabeza de ninguno de los dos
Dura, cruel, ¿real? Toda la clase corroboró la definición y fue elegida como la más representativa. Y no es solo el alumnado, muchos docentes también lo saben. Algunos incluso muestran orgullo y obstaculizan cualquier intento de cambio —el tribunal aludido—; otros, en cambio, se rebelan y lo denuncian:
En relación con las TIC, en muchos casos solo hemos pasado de una universidad de fotocopiadora a una una universidad de impresora. Ahora nuestros alumnos imprimen sus apuntes descargados de la plataforma. Julio Cabero, InnovaesTIC (2019)
Esta es la triste realidad en muchas aulas —por suerte, no en todas— en las que se forman los futuros docentes. Soy consciente de que este post puede ser doloroso para algunos profesores universitarios. No voy a disculparme, la didáctica tradicional es algo más que dolorosa para el alumnado, ya lo dijo el gran Dewey.
Si enseñamos a los estudiantes de hoy como enseñábamos ayer, les estamos robando el mañana. John Dewey
Gracias por compartirlo,
ResponderEliminar¿Puedes aportar alguna prueba de lo que dices sobre haber sido "suspendido"? ¿Estabas en el comité de evaluación? ¿Te han contado lo que se debatió?
La cuestión a la que apuntas no puede ser más interesante, pero la acusación que haces es grave, sobre todo porque no se puede sostener ni por un momento un juicio como el de "demasiado innovador". ¿Sale así en las actas de la comisión de evaluación?
Espero su respuesta.
Saludos.
¿Pruebas? Pues fue un acto público (con asistentes, bastantes) y en la valoración final un miembro del tribunal se manifestó en los términos que recojo en el entrecomillado, el resto asintió. Y, como te veo suspicaz, te diré que todo el mundo lo comentó a la salida con alto grado de indignación. Vamos que no fui yo solo el que me quedé con el comentario.
EliminarNo, no tengo todo lo que apuntas. Me hubiera encantado estar en las deliberaciones... Y sí, lo de "suspenso por demasiado innovador" es una conclusión personal a la que llego a partir del comentario del tribunal y de ver como se desarrolló todo el proceso.
En realidad el sentido del post va más allá de los dos hechos puntuales que sirven para ilustrarlo. Creo que lo importante es abrir el debate del cambio metodológico en la universidad, y especialmente en las facultades de educación. La formación del profesorado es la clave del éxito de todo sistema educativo, y solo hay que preguntarle al alumnado de estas facultades para comprobar que los métodos tradicionales todavía están demasiado presentes en las aulas.
Poner en duda el hecho descrito, y no entrar en la verdadera profundidad de esta cuestión, es como fijarse en el dedo que señala la luna...
Muy buenas cuestiones y planteamiento el que propones. Esperando la respuestas a tus preguntas, estaría mejor si no se escondieran detrás del anonimato. Aún siendo una acusación grave al menos el autor de la noticia firma lo que dice.
ResponderEliminarGracias por responder, Quique. Entiendo entonces que fue una oposición a profesor titular, ¿no? (acto público, defensa del proyecto de una asignatura...).
ResponderEliminarEstoy más que sensibilizado con el tema de fondo, de ahí que quisiera saber los pormenores de la acusación que haces, o de la relación entre hechos que apuntas.
Precisamente por lo importante del tema de fondo, creo necesario abordarlo como se merece, más allá de a partir de comentarios puntuales de colegas. Yo también tengo una buena colección de esos comentarios, al menos en el recuerdo, a partir de juntas, conversaciones espontáneas, etc. Ahora bien, como digo en mi primer comentario, por respeto a la propia cuestión que tratas de defender, creo que conviene ser honesto y claro con lo que se relata o denuncia.
Un ejercicio de oposición, como el que entiendo que fue, consta de muchas partes. ¿Puede ser que no ganara la plaza por otros motivos, más allá de ese comentario?
Por otro lado, el aprendizaje por proyectos no es más que el nombre que se le da a cierta metodología. Pero hay mucho más, está en sí su concreción en la práctica, además de los principios, si quieres, que dirigen tanto la elección metodológica como su concreción. Desde el respeto te digo que alguien que proponga ABP como metodología, de entrada, tampoco está haciendo mucho, pues faltaría por conocer bastante más información. Por cierto, ABP, como cualquier otra metodología "estandarizada" no debería limitarse a seguir "una serie de pasos", a modo de manual, que también lo he visto a veces. Se trataría más bien, desde mi perspectiva y la de otros cuantos colegas, de conectar con su filosofía, sus principios, y desde ahí ir adaptando lo que se hace a la propia evolución de la asignatura.
Siento el desafortunado comentario que señalas. Me temo que no es una excepción. Por otro lado, espero que entiendas que tu título y cómo presentas la cuestión va algo más allá (en cuanto a inflamar el asunto) de lo que en principio se podría ir. El comentario en sí mismo bien habría valido una reflexión y elaboración del tema de fondo, pero, sin embargo, lo utilizas para acusar de algo de lo que no podemos tener toda la certeza. Simplemente quería señalar eso. Como ya digo, hay que ser honesto en las formas, no sólo con los temas que uno defiende.
Exploraré algo más tu blog. Parece interesante, sobre todo si partes de anécdotas o sucesos reales.
Un saludo
Otra cosa, en cuanto a la oposición... esto es como cuando el capitán Reault dice en Casablanca: "¡qué escándalo, he descubierto que aquí se juega!".
EliminarLas oposiciones a Titular de Universidad tienen nombre y apellidos. Yo he visto como un Titular de otra universidad, acreditado a catedrático, con 15 años de experiencia y 40 JCRs suspende ante un chaval con un par de artículos. Si los argumentos de excesiva innovación te parecen intolerables,.. ni te cuento
Quizá tengas razón, y lo de "demasiado innovador" no sea más que un argumento —peregrino y surrealista— para enmascarar que la plaza en cuestión ya estaba adjudicada. Esto, como el caso que mencionas, me parece incluso peor, aunque la tradición con estas plazas sea la de sacarlas "con nombre y apellidos". Yo voy a usar otro símil: es como ese pueblo de la España profunda —no sé cuál— en el que se tiraba una cabra desde el campanario en las fiestas. "Es una tradición", argumentaban para defender lo indefendible. Yo no me resigno, creo que hay que hacer lo posible por dejar de tirar de cabras por el campanario, y esto está al mismo nivel.
ResponderEliminarPrometo otro post sobre la endogamia y todo lo que rodeó a esta plaza en cuanto se resuelva el asunto, ya que va a judicializarse.