Pedagogía con la zurda

Foto de Amy vía Flickr

«Recuerdo cómo fue la primera vez que le pegué con la izquierda en un partido oficial, de forma voluntaria y no condicionado por las circunstancias del juego. Fue un pase largo, directamente al pecho de un compañero. ¡Qué sensación! Llevaba meses entrenando con la zurda y aunque nadie más que yo se dio cuenta en el estadio, la satisfacción que me produjo ese pase perdura como un recuerdo imborrable. A partir de aquella tarde, le pegué muchas más veces con la zurda, fallé bastantes y acerté otras... lástima que ya tenía 32 años» Imanol Ibarrondo

Este ex futbolista de Primera División sintetiza perfectamente lo que supone perder el miedo y salir de la zona de confort. Como colectivo profesional, nuestra pierna derecha es una pedagogía que surgió de la mano de la revolución industrial, a su servicio, para dar respuesta a una demanda concreta: instruir a los futuros operarios en las competencias que requería aquel mercado laboral (en este post ya analizamos esas competencias).

«Si enseñas a los niños de hoy como enseñamos ayer, les estás robando el mañana» John Dewey

Mucho ha pervivido de todo aquello... demasiado. La pedagogía de la pierna derecha es cómoda, con ella nos enseñaron, la interiorizamos desde la más tierna infancia. Sin embargo, el mundo que justificó su necesidad ya no existe. Por ello, los profesionales de la educación tenemos que convertirnos en zurdos. Imanol Ibarrondo propone siete pasos que te ayudarán a golpear con la izquierda.

PRESENCIA. Supone conectar con el mundo, con lo que está sucediendo AQUÍ y AHORA, vivir plenamente el momento. Es frecuente estar físicamente en un contexto y tener el pensamiento en otro momento pasado o futuro. La presencia es el primer paso para conocer la realidad y actuar efectivamente sobre ella.

PREGUNTAR. Cuestionar, entender, descubrir... son algunos de los maravillosos verbos que están detrás de las preguntas.


POSITIVIZAR. La realidad, nuestra realidad, es el relato que construimos sobre lo que (nos) sucede. Positivizar esta narración interna implica afrontar la vida con una mentalidad de desarrollo (de la que hablamos en este post).

POTENCIAR. Equivale a encontrar, visibilizar y desarrollar todo lo bueno que tienes, y que te ayudará a ser mejor profesional y mejor persona.

EMPATIZAR. Supone proyectar la comprensión propia a otras personas. Prestar atención a cómo son/están nuestros interlocutores y tratar de ver el mundo desde su prisma, te colocará en la mejor disposición posible de cara a cualquier relación.

PROCESAR. De todos los pasos anteriores se derivará una gran cantidad de información, reflexionar sobre ella y otorgarle un tratamiento adecuado es clave para que cualquier cambio sea para mejorar.

PACTAR. No olvides LA FORMA de presentar al mundo los cambios. Posiblemente conlleve un impacto. Toda crisis lo produce. Por ello, es importante co-crear la nuevas relaciones, los nuevos procedimientos. Alcanzar compromisos más que imponerlos...

Ya sabes, aquí solo 350 palabras, para profundizar te recomiendo el libro de Imanol Ibarrondo.

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