Desgranando el ABP

Foto de Brad Flickinger vía Flickr

Para todos los que estamos convencidos que APRENDER es mucho más que sentarse a escuchar, la propuesta metodológica que se engloba bajo las siglas ABP (Aprendizaje Basado en Proyectos) se convierte en imprescindible. En un post anterior analizamos su fundamento pedagógico, pero ¿cómo se pone en práctica? Estas son las fases y sus principales acciones.

FASE DE IDENTIFICACIÓN
Las primeras tareas en un proceso de ABP están dirigidas a ubicar el centro de interés y la finalidad en torno a él. Esto implica delimitar un tema y unos objetivos para el proyecto.

  • Pregunta guía. Es una cuestión abierta y conectada con el contexto. A partir de ella y buscando una respuesta, se creará todo un proyecto. 
  • Situación de partida. Consiste en contextualizar la pregunta, a partir del estudio de la realidad en la que se formula. 
  • Definición del producto. Se trata de establecer a qué queremos llegar. En función de la especificidad de las indicaciones, el proyecto podrá ser más o menos creativo. 

FASE DE DISEÑO E INVESTIGACIÓN 
Una vez definido el producto, se diseñarán las acciones necesarias para crearlo. 

  • Previsión. Requiere una anticipación reflexiva de lo que se pretende lograr para definir acciones y recursos necesarios. Es importante ajustar la previsión a las posibilidades reales con las que cuenta el equipo. 
  • Organización y planificación. Implica determinar cuándo se realizará cada acción y quién (o quiénes) serán los responsables. 
  • Búsqueda de los conocimientos necesarios, de las experiencias para llevarlos a la práctica, de las personas de las que se puede aprender y, en general, de los recursos que harán posible el producto.
  • Análisis y síntesis. Es una puesta en común. Cada persona compartirá con el equipo el resultado de su búsqueda con el fin de que se analice todo desde una perspectiva global que permita tomar la decisiones adecuadas para iniciar la producción.

FASE DE PRODUCCIÓN 
Cuando se ha adquirido el conocimiento y los recursos necesarios comienza la creación del producto. 


  • Elaboración. Es la construcción del producto. Puede hacerse por partes (para después unirlas), aunque guarda más coherencia un producto desarrollado por todo el equipo trabajando al unísono. 
  • Ensayo. Las pruebas experimentales reportan datos muy valiosos para reajustar el proyecto. Además se incrementará la confianza del equipo de cara a la presentación de su producto. 
  • Autoevaluación. El ensayo será una inmejorable fuente de datos para evaluar el producto. Sin embargo, se trata también de revisar todo el proceso, lo que requerirá una tarea reflexiva personal y en equipo. 
  • Presentación. Es el momento final, en el que se muestra el producto creado.


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¡Yo quiero bailar!

Foto de Peter Voerman vía Flickr

Gillian Lynne tiene una historia vital fascinante. Con solo ocho años sufrió un auténtico calvario en la escuela. Aquello no se le daba bien: siempre dispersa, con poca paciencia para escribir y dificultades para permanecer sentada. Defenestrada para los estudios por su profesora, la llevaron a un psiquiatra en busca de respuestas. Allí estaba Gillian, rellenando test en una sala con un falso espejo desde el que la observaban. De repente se levantó y empezó a bailar al son del hilo musical. Sus movimientos eran tan elegantes, tan acompasados, tan naturales… «No está enferma, es bailarina», fue el acertado diagnóstico que recibió. Tratamiento: «Matricúlenla en una escuela de danza». Ahora Gillian es nonagenaria, pero aún recuerda el momento en el que pisó por primera vez la que sería su academia: «Encontré a personas como yo, que necesitaban bailar para ser felices. Aquel era mi lugar en el mundo».

La señora Lynne tuvo la suerte de encontrar pronto su pasión y dedicó su vida a desarrollarla. Nada habría sido igual lejos de los escenarios. Que se lo digan al mendigo del cuento, que estuvo toda su vida pidiendo limosna a las personas que pasaban por su lado. Cierto día, cuando ya era anciano, alguien le preguntó: «¿Qué es eso sobre lo que estás sentado?». El mendigó contestó que no lo sabía y aceptó la propuesta de abrir el gran cofre que llevaba años sirviéndole de asiento. Oro, joyas, esmeraldas… un tesoro. ¡Había sido rico toda su vida sin saberlo!

La infancia es el momento adecuado para descubrir ese tesoro que cada uno lleva dentro. Gillian Lynne llegó a ser solista del Royal Ballet Company de Londres y actuó por todo el mundo. Después formó su propia compañía de teatro en Broadway, donde creó algunos de los musicales más célebres de todos los tiempos, como Cats o El fantasma de la ópera. Hizo disfrutar a millones de personas y desarrolló una gran carrera profesional, pero confiesa algo que estuvo por encima de todo aquello: «Disfruté con ilusión, me enamoré de ese maravilloso mundo… soy feliz con la danza». Un éxito en todos los sentidos, y no gracias a la escuela precisamente.

¿Cuántos TALENTOS como el de Gillian siguen pasando DESAPERCIBIDOS en las aulas?

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Deberes los justos

Foto de Woodleywonderworks vía Flickr

Eva Bailén está al frente de una campaña que denuncia las condiciones de trabajo de un colectivo muy amplio. A través de un vídeo titulado «El trabajo más esclavo» presenta un interesante experimento social, en el que unos desconocidos comparan sus contextos laborales mediante una conversación de chat. Después tendrán que averiguar a qué se dedican. La sorpresa de los participantes es mayúscula cuando descubren que su interlocutor solo tiene diez años. Un estudiante de Primaria les ha relatado, entre otras cosas, que su trabajo se alarga hasta la hora de cenar, que apenas tiene tiempo para estar con su familia y que no se libra de sus obligaciones académicas ni en vacaciones.

Imagina que tienes una de esas jornadas interminables. Mucho te tendría que gustar el trabajo para no plantearte un cambio o incluso dejarlo, ¿no pensarán así nuestros niños? Quizá por ello la tasa española de abandono escolar sea la más alta de Europa. No es una conjetura. El investigador John Buell comprobó que una de las principales razones para dejar los estudios en zonas deprimidas es precisamente tantas «horas extras» en jornada de tarde. La situación empeora cuando la familia no puede ayudar, ya que es más probable que surjan carencias en el aprendizaje, que actuarán como una velada invitación a salir del sistema educativo por la puerta de atrás.

También se ha analizado el impacto que tiene sobre el rendimiento la prolongación del trabajo escolar en casa. El profesor Ángel Santamaría, después de revisar la literatura científica, concluye que «nadie jamás ha demostrado la utilidad de los deberes». Khon va más allá, en su libro El mito de los deberes explica por qué los considera perjudiciales.

Los alumnos españoles son de los que más tiempo dedican en casa a tareas escolares, y no hay un argumento pedagógico que recomiende tantos deberes, más bien al contrario. Pueden tener su razón de ser como un proceso creativo, aplicado y conciso; enfocado a reforzar (y no a repetir) lo aprendido. Una actividad compatible con el ocio y las relaciones familiares. Si estás de acuerdo, puedes apoyar con tu firma la campaña por los deberes justos iniciada en internet: www.change.org/losdeberesjustos

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4 consejos para la vuelta al cole

Foto de Víctor Bautista vía Flickr

Terminan las vacaciones escolares y no es fácil volver a la rutina. De hecho, el síndrome postvacacional no distingue entre adultos y menores.

El síndrome postvacacional puede presentarse de diversas formas. Sus síntomas físicos pueden ser: cansancio generalizado, fatiga, falta de sueño, dolores musculares, falta de apetito o de concentración... También presenta síntomas psíquicos, como: irritabilidad, tristeza, falta de interés o nerviosismo. Wikipedia

En esta entrada se recogen algunas RECOMENDACIONES PEDAGÓGICAS que contribuyen a que la vuelta al cole no sea un proceso traumático. No se trata de consejos exclusivos ni excluyentes, hay muchos más. Sin embargo, los siguientes son los que han reportado mejores resultados (quizá por su sencillez para recordar y aplicar) en mi práctica profesional.

(1) PROGRESIÓN. Empieza una semana antes a implantar los HÁBITOS propios del periodo lectivo: hora de acostarse, de levantarse, de comidas, actividades intelectuales y físicas, etc.

(2) DESPIERTA UNA ILUSIÓN RESPECTO A LA NUEVA ETAPA. "¡Qué ganas tengo de que empiece el colegio para que te aguante el maestro!". Expresiones como esta inciden en la connotación negativa que debemos evitar. Muy al contrario, se trata de destacar los aspectos positivos inherentes al inicio de una nueva etapa (retos apasionantes, mayor libertad, reencuentros...). También ayuda implicar a los niños en la preparación del material; propiciando, en suma, un CONTEXTO ILUSIONANTE.

(3) TRANSMITE CONFIANZA Y APOYO. El nuevo curso puede parecer, a ojos infantiles, un gran "monstruo" imposible de vencer. Por ello, es fundamental alimentar su autoestima demostrando que confiamos en que serán capaces de superar las dificultades que vendrán... ¡Qué sepan que el monstruo no es tan fiero como lo pintan!

(4) ORGANÍZALE ACTIVIDAD FÍSICA. Es, posiblemente, una de las recomendaciones menos comunes; pero practicar actividad física mejorará la relajación, contribuirá a conciliar un sueño reparador y a DESPEJAR LA MENTE de las preocupaciones normales de esta época.

La clave para una buena vuelta al cole es despertar en los niños ilusión y confianza. Más en la entrevista realizada el 28/08/2016 a Enrique Sánchez en La Opinión de Málaga

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La letra con emoción entra

Foto del colegio vía ceipjuliocarobaroja.es

Érase una vez un rey que odiaba al brujo más admirado por sus súbditos. Un día ordenó apresarlo y condenarlo. Le dijo: “Vas a ser ejecutado. Solo podrás salvarte si adivinas qué día vas a morir”. El hombre no perdió la compostura. Con voz pausada contestó: “Moriré un día antes que vos”. El rey palideció. La satisfacción inicial dio paso al temor por su propia vida, ¿y si sus predicciones son ciertas? En vez de matarlo, mandó que residiera en palacio y que siempre estuviera protegido.

Este cuento pone de manifiesto la importancia que puede llegar a tener la INTELIGENCIA EMOCIONAL. Daniel Goleman sostiene que la escuela debe promoverla, despertando la capacidad de reconocer los sentimientos propios y ajenos, de encauzarlos y de gestionar las relaciones sociales. Sin duda, el brujo del cuento tenía esas competencias. Desarrollarlas en el alumnado requiere docentes preparados para enseñar contenidos diferentes, como la aritmética del corazón o la gramática de las relaciones.

El CEIP Julio Caro Baroja trabaja en esta línea y va más allá, utilizando la emoción como recurso didáctico. Su estrategia pedagógica parte de una pregunta simple: ¿por qué lees un libro como Los pilares de la tierra, con más de 1000 páginas? Cuando descubres su historia no puedes dejarlo, te llega al corazón. En este colegio público de Málaga, los docentes acompañan el inicio de cada lectura propuesta con interpretaciones narrativas, con música relacionada con los libros y con investigaciones acerca de las realidades que los inspiran. Persiguen despertar en sus alumnos emociones positivas que enganchen al relato. Cuando lo logran, la lectura continúa sin el docente.

La educación se ha centrado tradicionalmente en lo que consideraba cuestiones serias, como la razón, las letras, los números... dejando de lado otros asuntos más humanos, como los sentimientos y las emociones. «Eso es cosa de cada uno», sentenciaba la Pedagogía. Pero resulta que estábamos equivocados. Como canta Fito, «las cosas importantes aquí son las que están detrás de la piel». Pedagogía vía Twitter

Parece evidente que la educación emocional debería ser una prioridad curricular. Sin embargo, la legislación educativa continúa lastrada por una tradición racionalista. Heredamos una "escuela del lado izquierdo", que no considera que los sentimientos y las emociones sean cosa suya. Por suerte, muchos docentes compensan esta carencia en el aula, demostrando lo que ya sabía el brujo del cuento: que la inteligencia emocional es tan importante (o más) que las matemáticas o la lengua; y que estas materias se comprenden mejor si se aprenden con emoción.
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¿Le damos una vuelta?

Foto de Gillian vía Flickr

Una compañera de claustro solía decir que si le pagaran un euro por cada pregunta que contestaba en clase, sería millonaria; y es cierto. Las personas que nos dedicamos a la docencia nos acostumbramos a dar RESPUESTAS, a resolver problemas. Es una función que pocas veces cuestionamos. Por eso me resultó tan reveladora la conversación que presencié entre Agustín, un profesor de Filosofía, y uno de sus alumnos de Secundaria.

—Profe, ¿cómo puedo organizar este esquema para ajustarlo al espacio que nos das? —preguntaba exasperado un alumno mientras mostraba un folio repleto de información.
—No tengo ni idea —respondió Agustín encogiendo los hombros—. Tienes un problema...
—Sí, ya sé, tengo un problema, y eso significa que tengo un reto.
—Efectivamente, y yo lo más que puedo hacer es ayudarte a darle una vuelta.

El propio alumno me explicó que su profesor daba muy pocas respuestas resolutivas: "Cuando planteas un problema, tienes que acompañarlo de una o varias propuestas de solución. Solo entonces puedes contar con su ayuda". También me dijo que tenían una técnica concreta para "darle una vuelta" a los problemas.


Técnica de la inversión

Es una propuesta de Edward de Bono, que busca ayudarnos a contemplar el problema desde una perspectiva nueva para, así, encontrar soluciones más creativas. Aplicar la inversión implica realizar estas dos acciones:

  1. PROVOCACIÓN. Darle la vuelta —literalmente— al enunciado del problema o a alguna de sus asunciones (hechos o características).

  2. MOVIMIENTO. Reflexión encaminada a convertir el absurdo de la provocación en una idea útil.

Cuando te dedicas al sector de las patatas fritas de bolsa siempre te surge el mismo problema: el almacenamiento ¡Ocupan demasiado espacio y no se pueden amontonar sin que se rompan! ¿Cómo apilarlas conservando la integridad del producto? (PROBLEMA). Si le damos la vuelta llegaríamos a un absurdo: ¿Cómo romper las patatas para almacenarlas? (PROVOCACIÓN). Quizá no sea tan descabellado: ¿Y si las hacemos añicos para almacenarlas y luego las recomponemos para venderlas? Es justo lo que hacen con las Pringers (MOVIMIENTO), ¿te has fijado que todas tienen la misma forma y tamaño?

No hace mucho, Agustín fue elegido director de su instituto. Lo primero que hizo fue poner un cartel, a modo de advertencia, en la puerta de su despacho...
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El jardín de Stenhouse

Foto de Debs-eye vía Flickr

Quizá ya conozcas la urgencia por estandarizar la educación. Hay todo un movimiento legislativo que pretende estandarizar programas, métodos, evaluaciones, etc. El GERM, al que ya le dedicamos un post. Paradógicamente, como anticipa su acrónimo, se está extendiendo como un GERMEN por medio mundo ¡Cuidado! La LOMCE está totalmente infectada.

Estandarizar. Ajustar varias COSAS SEMEJANTES a un tipo o norma común. RAE

Si te fijas, en la definición de la RAE encontrarás argumentos para alejar este término del sistema educativo. Lo más llamativo es que se refiere a objetos, no a personas. Por tanto, estandarizar equivale a cosificar al alumnado (en realidad, a toda la sociedad). Y no solo eso. En nuestra nueva condición de «cosas», también tendríamos que ser SEMEJANTES. Algo que es del todo irreal. Te imaginas... ¡Qué mundo tan aburrido! Lo cierto es que el factor humano y la diversidad no son, digamos, prioridades del proceso de estandarización educativa. Por concretar, seguro que en mi clase ya no podría disponer de esos 10 minutos tan importantes que describía este post.

¿Quién pretende un modelo de sociedad uniforme y deshumanizado? Siento decepcionarte, pero el villano es un viejo conocido: el lobby financiero, que ha puesto sus ojos en lo que considera un nuevo negocio: la educación. Pero nada sería posible sin la aquiescencia de poderes públicos. FRENTE AL DINERO SOLO NOS QUEDA LA FUERZA DE LA RAZÓN, representada en este ámbito por la PEDAGOGÍA.

Desde la pedagogía podríamos desgranar teorías en contra de la estandarización, y de su prima-hermana la privatización. También podríamos analizar los casos de Reino Unido, EE.UU, Chile y tantos otros países en los que este modelo ha fracasado, con gran perjuicio socio-educativo. Podríamos... Lamentablemente, este maldito blog limita a 350 palabras cada post. Así solo queda recurrir la concisión argumental del gran Stenhouse. Su visión también nos enfrenta a una cuestión trascendental: ¿QUÉ TIPO DE SOCIEDAD QUEREMOS CONSTRUIR?

Imagina que cada curso recibes un puñado de semillas. Son pequeñas, pero tienen gran potencial de crecimiento. Algunos docentes se esmeran por darle un tratamiento similar a todas: la misma cantidad de agua, intervalos de riego, fertilizantes... Estos «granjeros» esperan recolectar la cosecha coincidiendo con el final del tema o del curso. También buscan que todos los frutos (o «respuestas») sean del mismo calibre, color, sabor... Frente a esto, hay otro tipo de docentes, los «jardineros», que entienden que cada semilla es única y aprecian la belleza de los diferentes colores. Además de adaptar las necesidades de riego y luz, son capaces de diseñar precisos jardines, en los que la combinación armónica de especies diferentes representa un valor añadido.
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Un perfil para autoevaluarse

Foto de Alejandro Gómez vía Flickr

Dirigir la mirada hacia la propia práctica, superar inseguridades, afrontar retos personales y profesionales… son algunas de las dificultades que encuentran los docentes que deciden evaluarse a sí mismos desde el prisma de la reflexión. Este cuestionamiento no es fácil y requiere un perfil profesional abierto a la investigación y con capacidad de autocrítica.


"Cuando hablamos del docente nos estamos refiriendo a alguien que se sumerge en el complejo mundo del aula para comprenderla de forma crítica y vital, implicándose afectiva y cognitivamente en los intercambios inciertos, analizando los mensajes y redes de interacción, cuestionando sus propias creencias y planteamientos, proponiendo y experimentando alternativas, y participando en la reconstrucción permanente de la realidad escolar". (Schön, 1987: 89)

Donald Schön sostiene que un profesional está capacitado para abordar una reflexión sobre su práctica cuando ha superado la Racionalidad Técnica. Esto supone alejarse de los preceptos positivistas para contemplar la realidad educativa desde un paradigma más cualitativo (post sobre paradigmas). Partiendo de esta teoría, identificamos el perfil de un docente proclive a completar con éxito una evaluación basada en la Práctica Reflexiva. Estos son sus rasgos:

  1. Entiende la PROGRAMACIÓN como un PROYECTO en constante proceso de reconstrucción. El programa no constriñe al docente. Es la herramienta que le permite realizar una anticipación reflexiva de situaciones didácticas, y NUNCA una guía que le dicta qué impartir en cada momento.

  2. Opta por la alternancia metodológica. Huye de situaciones organizativas estructuralmente similares, y tiene una amplia MOCHILA docente que le permite escoger la opción metodológica más adecuada en función de las demandas específicas de cada situación de enseñanza y aprendizaje.

  3. Está abierto a la EXPERIMENTACIÓN didáctica. Tiene la confianza y la solvencia necesaria para probar nuevas estrategias. Incluso encuentra aliciente y satisfacción profesional en la innovación pedagógica.

  4. Considera su AULA COMO UN SISTEMA en el que CONVERGEN influencias de diferente orden. Este tipo de profesional es consciente de que en clase no solo está el alumnado; también están sus familias, el grupo de pares, los medios de comunicación, el barrio…

  5. Muestra buena disposición hacia el intercambio de experiencias con otros colegas. No le importa que haya "observadores" en clase. Es más, considera que COMPARTIR y COOPERAR son también mecanismos para la formación y el perfeccionamiento de la propia práctica.

  6. CONSCIENTE de todo lo que sucede en clase. Su intervención, el feed-back, las relaciones humanas… Registra EVIDENCIAS sobre las que volver más tarde para generar conocimientos sobre su práctica, emitir valoraciones fiables o realizar cambios inmediatos.


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Sinéctica, la chispa creativa

Foto de Armando Godoy vía Flickr

¿Te imaginas la importancia que tiene la creatividad para los inventores? En los años cincuenta, William Gordon dirigía el Grupo de Diseño de Inventos de la firma Arthur D. Little. Su misión era generar ideas que dieran lugar a nuevas patentes. Según cuenta, el equipo estaba acostumbrado a CREAR. Sin embargo, a veces y solo a veces la "chispa" se apagaba... Gordon diseñó un método para superar esos momentos de bloqueo creativo: LA SINÉCTICA.


La Sinéctica propone hacer un viaje imaginario, a través de la actividad metafórica, para (1) hacer familiar lo desconocido y (2) para ver lo conocido de forma nueva

Pronto se detectó su potencial pedagógico y nació el Synectics Education System. En el blog ya empezamos a descubrir (pulsa aquí) las posibilidades que ofrece la Sinéctica para facilitar la comprensión de realidades complejas. En esta ocasión nos centraremos en su aplicación originaria: ENCENDER LA CHISPA CREATIVA. Vamos a partir del siguiente ejemplo: ¿Cómo superar la timidez? Seguro que alguna vez te has planteado esta pregunta, ya sea en relación a un grupo o en el plano personal. ¡Hagámos un viaje sinéctico para encontrar respuestas creativas (y, de paso, conocer las fases del método)! Estas son las "estaciones":

  1. Situación de partida o problema: “¿Cómo superar la timidez?

  2. Analogía Directa (AD). “¿Qué animal consideras que supera bien la timidez?”. El propósito de esta estación es empezar a tomar distancia para ver el problema desde una perspectiva nueva. Se podría organizar un pequeño debate grupal para llegar a un acuerdo.

  3. Analogía Personal (AP): “Eres ese animal, ¿qué haces para superar la timidez?”. Persigue ampliar la distancia. Ayudaría encargar a cada grupo una representación de la actuación de ese animal en una situación en la que logre superar su timidez.

  4. Analogía simbólica o Conflicto Comprimido (CC). “Escoge dos palabras antagónicas que definan a tu animal”. Esta acción nos hará perder la referencia personal (TÚ-ANIMAL), buscamos que desaparezca el TÚ y se quede solo el ANIMAL. Para lograrlo también sería oportuno organizar un debate en grupo.

  5. Analogía Fantástica (AF). “Piensa en una máquina que también pueda ser definida con esas dos palabras”. Es otra estación de alejamiento de la perspectiva lógica, la máxima. Recuerda que el ANIMAL estuvo relacionado con el TÚ. Tomar distancia supone empatizar con una nueva metáfora: LA MÁQUINA. Igual que en la tercera estación, una representación facilitaría esta pauta de pensamiento.

  6. Retorno. “¿Qué sistemas, acciones, resultados... podrían extrapolarse para superar la timidez?”. Es la "vuelta a casa" e implica retomar el problema original... con nuevos ojos. De nuevo, el debate grupal es la estrategia ideal.


La Sinéctica parte de la premisa de que la creatividad es entrenable, versátil y mejora con la cooperación

Esta es la ficha que se utilizó en clase para abordar el problema que ha servido para ejemplificar el método.

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Pedagogía con la zurda

Foto de Amy vía Flickr

«Recuerdo cómo fue la primera vez que le pegué con la izquierda en un partido oficial, de forma voluntaria y no condicionado por las circunstancias del juego. Fue un pase largo, directamente al pecho de un compañero. ¡Qué sensación! Llevaba meses entrenando con la zurda y aunque nadie más que yo se dio cuenta en el estadio, la satisfacción que me produjo ese pase perdura como un recuerdo imborrable. A partir de aquella tarde, le pegué muchas más veces con la zurda, fallé bastantes y acerté otras... lástima que ya tenía 32 años» Imanol Ibarrondo

Este ex futbolista de Primera División sintetiza perfectamente lo que supone perder el miedo y salir de la zona de confort. Como colectivo profesional, nuestra pierna derecha es una pedagogía que surgió de la mano de la revolución industrial, a su servicio, para dar respuesta a una demanda concreta: instruir a los futuros operarios en las competencias que requería aquel mercado laboral (en este post ya analizamos esas competencias).

«Si enseñas a los niños de hoy como enseñamos ayer, les estás robando el mañana» John Dewey

Mucho ha pervivido de todo aquello... demasiado. La pedagogía de la pierna derecha es cómoda, con ella nos enseñaron, la interiorizamos desde la más tierna infancia. Sin embargo, el mundo que justificó su necesidad ya no existe. Por ello, los profesionales de la educación tenemos que convertirnos en zurdos. Imanol Ibarrondo propone siete pasos que te ayudarán a golpear con la izquierda.

PRESENCIA. Supone conectar con el mundo, con lo que está sucediendo AQUÍ y AHORA, vivir plenamente el momento. Es frecuente estar físicamente en un contexto y tener el pensamiento en otro momento pasado o futuro. La presencia es el primer paso para conocer la realidad y actuar efectivamente sobre ella.

PREGUNTAR. Cuestionar, entender, descubrir... son algunos de los maravillosos verbos que están detrás de las preguntas.


POSITIVIZAR. La realidad, nuestra realidad, es el relato que construimos sobre lo que (nos) sucede. Positivizar esta narración interna implica afrontar la vida con una mentalidad de desarrollo (de la que hablamos en este post).

POTENCIAR. Equivale a encontrar, visibilizar y desarrollar todo lo bueno que tienes, y que te ayudará a ser mejor profesional y mejor persona.

EMPATIZAR. Supone proyectar la comprensión propia a otras personas. Prestar atención a cómo son/están nuestros interlocutores y tratar de ver el mundo desde su prisma, te colocará en la mejor disposición posible de cara a cualquier relación.

PROCESAR. De todos los pasos anteriores se derivará una gran cantidad de información, reflexionar sobre ella y otorgarle un tratamiento adecuado es clave para que cualquier cambio sea para mejorar.

PACTAR. No olvides LA FORMA de presentar al mundo los cambios. Posiblemente conlleve un impacto. Toda crisis lo produce. Por ello, es importante co-crear la nuevas relaciones, los nuevos procedimientos. Alcanzar compromisos más que imponerlos...

Ya sabes, aquí solo 350 palabras, para profundizar te recomiendo el libro de Imanol Ibarrondo.

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La pedagogía Montessori en 5 citas

Foto de Patrick Buechner vía Flickr

María Montessori (1870-1952) es la pedagoga más influyente en la didáctica moderna de la Educación Infantil. Llegó a la educación a través de su interés en los problemas del desarrollo cognitivo infantil, que trataba como médico. Creó sus propios métodos para que sus pequeños pacientes aprendieran a leer y escribir. La validez de sus procedimientos hizo que rápidamente se extrapolaran a todo tipo de alumnado. Fundó la Casa de los Niños y allí profundizó en lo que a la postre se conocería como método Montessori. Sus teorías se construyen a partir de la observación directa sobre la actividad espontánea infantil. Así llegó a la conclusión de que para aprender hay que dar libertad y diferentes oportunidades para practicar, lo que supuso una auténtica revolución pedagógica que te invito a descubrir a través de sus citas.

«La primera tarea de la educación es agitar la vida, pero dejarla libre para que se desarrolle»

Toda una declaración de intenciones que incide en dos de los pilares de la pedagogía Montessori. (1) La educación es una tarea importante, y así debemos concebirla los adultos. Los colegios, por ejemplo, no pueden entenderse como una suerte de guarderías, en las que los alumnos solo pasan el tiempo mientras sus padres trabajan. La educación AGITA la vida, y debe cumplir esta función con la precaución de no dirigirla (2), dando LIBERTAD para que cada persona elija su camino.

«Cualquier ayuda innecesaria es un obstáculo para el desarrollo»

No es solo una cuestión ética, el protagonismo del adulto debe restringirse al máximo para promover un desarrollo AUTÓNOMO. Para María Montessori, aprender es un proceso personal que solo precisa de ayudas puntuales, y no de una intromisión constante. El intervencionismo adulto puede potenciar dependencia en el niño, que atrofia la capacidad natural para aprender por sí mismo.

«La mayor señal del éxito de un docente es poder decir: "Ahora mi clase trabaja como si yo no estuviera"»

Queda claro que María Montessori es partidaria de que el docente pase a un segundo plano. Lo argumenta en la necesidad de compartir RESPONSABILIDAD con el alumnado, como un mecanismo para que vayan asumiendo compromisos en relación a su propio proceso de enseñanza y aprendizaje.

«La mejor enseñanza es la que utiliza la menor cantidad de palabras necesarias para la acción»

También entra de lleno en la metodología. Una sesión vivencial, en la que la experiencia personal cobre relevancia, es mucho mejor que una clase magistral. "Aprender es mucho más que sentarse a escuchar". La ACCIÓN es el mejor recurso didáctico del método Montessori.

«Para cambiar la humanidad hay que empezar con los niños, pero para eso hay que querer cambiar la humanidad»

Entender que la mejor forma de cambiar el mundo es la educación, equivale a dotarla de un sentido TRASCENDENTAL, que refleja muy bien esta cita. Sin embargo, también nos deja una advertencia sobre el interés de ciertos sectores en que nada cambie, en mantener el status quo... estos lobis centrarán su esfuerzo en degradar la educación, en utilizarla, en manipularla para sirva a un propósito inmovilista.

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TIC aplicadas a la educación

Foto de Enrique Sánchez vía Flickr

SINOPSIS / CRÍTICA / AUTOR / CITA / TUIT / BIBLIO

¡Por fin un libro sobre tecnología educativa en #Pedagogía350! Redes sociales, PLE, realidad aumentada, smartphones... son algunos de los contenidos que visten sus páginas. Sin embargo, no se trata de un manual de uso (aunque recoge lo que debes saber para ponerte en marcha con las TIC). Está impregnado de una filosofía muy necesaria es su campo: "Primero pedagogía, después tecnología". En plena sintonía con la realidad educativa que viven colegios e institutos, entra de lleno en cuestiones como: el tratamiento curricular de la competencia digital o el desarrollo de un proyecto TIC en el centro educativo.

Tecnologías de la Comunicación y la Información aplicadas a la educación es un libro que no puede faltar en nuestra biblioteca pedagógica. La razón: aporta esa fundamentación pedagógica imprescindible, y tan ausente en demasiadas ocasiones, para incorporar las TIC al aula. Además, compila un conocimiento totalmente actualizado (y esto es algo importante cuando hablamos de las TIC) y relevante respecto contextos educativos formales.

La obra está coordinada por José Sánchez-Rodríguez, Julio Ruiz-Palmero y Melchor Gómez-García, tres de esos "docentes todoterreno" que conocen bien las diferentes etapas del sistema educativo. Tienen una interesante trayectoria en la investigación y experimentación didáctica en el campo de la tecnología educativa, en temas como: MOOC, e-learnig, m-learning o realidad aumentada. Todo ello es materia del VI Congreso de Buenas Prácticas con TIC, que este equipo organiza en octubre en la UMA ¡Te lo recomiendo! En el libro participan otros autores, que completan una visión de conjunto sobre las TIC en la educación. Cabe destacar la aportación de Julio Cabero, todo un referente en el tema.


La implementación didáctica de recursos tecnológicos no supone una innovación por sí misma. Es más, en muchos casos las TIC refuerzan modelos pedagógicos tradicionales; ¿qué innovación hay en usar una plataforma Moodle, por ejemplo, exclusivamente para subir apuntes o poner exámenes? La verdadera innovación está en la metodología, no en el recurso didáctico. Página 161.


Sánchez-Rodríguez, José; Ruiz-Palmero, Julio y Gómez-García, Melchor (Coords.) (2016): Tecnologías de la Comunicación y la Información aplicadas a la educación. Síntesis.

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Vals de la formación y la innovación

Foto de JP vía Flickr

¿Cómo contribuye la formación permanente del profesorado a la promover la innovación en el aula? Federico Malpica ha investigado en profundidad para encontrar respuesta a esta pregunta, y lo explica con una certera analogía:


En mi pueblo siempre se ha bailado el Vals. Desde que era pequeño he visto a mis familiares practicarlo, y yo mismo lo aprendí en la escuela. Siempre me han dicho que se me da bien y me siento cómodo bailándolo. Hoy, cuando salgo a la pista, el cuerpo me pide Vals. Pero resulta que se ha quedado anticuado. Hay ritmos más modernos e innovadores, como el Zumba. "No te preocupes, te vamos a dar un cursillo sobre Zumba", me dijo un experto. Asistí a todas las sesiones. El formador era bueno, me enseñó bien los pasos. Terminé muy motivado con el Zumba, pero cuando llego a mi pueblo y salgo a la pista, ¿qué baile crees que me sale de forma natural?


Danzad, danzad...

Un curso intensivo de Zumba puede resultar inspirador, quizá te abra nuevos horizontes rítmicos y estéticos... pero no te convertirá en un bailarín de Zumba. Para ello, tendrás que PRACTICAR con regularidad. Lo ideal es que sea en TU PROPIA pista de baile, recibiendo un feed-back que te ayude a depurar la técnica. Así desarrollarás la confianza necesaria para QUERER bailar Zumba y sentirte BIEN haciéndolo. 

Con la formación docente sucede algo parecido. La ponencia de un experto es solo el punto de partida. Para que la formación logre desencadenar procesos de innovación pedagógica, también será importante crear situaciones formativas basadas en la propia práctica (en tu aula, con tus alumnos y alumnas, tus recursos...). La cosa mejora si, además, recibes apoyo o asesoramiento de otros docentes.

De cero a uno

Siguiendo con el baile, ¿tienes experiencia en la pista? Yo nunca he bailado, no creo que aprendiera Zumba fácilmente. Seguro que no partimos del mismo nivel, yo estaría en nivel cero. Mi objetivo inmediato no puede ser algo propio del nivel siete, por ejemplo. Mi primer paso será progresar de cero a uno. Quizá el tuyo sea otro.

Muchas actividades de formación del profesorado presentan modelos de innovación muy avanzados (de nivel nueve o diez, podríamos decir). Después de asistir a uno de estos cursos magistrales, es posible que alguien intente reproducir el modelo y se frustre al no tener éxito: ¡SE ACABÓ LA INNOVACIÓN! Quizá estaba en mi nivel de baile... Ten en cuenta que innovar no es hacer algo increíble, sino hacer algo nuevo EN TU CONTEXTO que mejore la situación inicial. Pasar de cero a uno.

Este post se nutre de la conferencia que Federico Malpica impartió recientemente en la UMA. Te recomiendo que la veas AQUÍ. Su propuesta me lleva a plantear una serie de cuestiones instigadoras de la innovación: 


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Aprender de los fracasos

Foto de Jeremy Segrott vía Flickr

Ajustar la exigencia de una tarea al nivel de competencia de la persona que la va realizar no es nada fácil. De hecho, es frecuente equivocarse en este cálculo y proponer retos inalcanzables, ¿cómo los afrontan nuestros alumnos? La profesora Carol Dweck ha analizado las diferentes reacciones ante obstáculos insalvables, y traslada una pregunta a la comunidad educativa: ¿la escuela enseña a gestionar el fracaso de forma adecuada?

«Todavía no». No es la respuesta a la pregunta, aunque podría serlo. Es la expresión que han empezado a usar en algunos colegios para sustituir al tradicional «suspenso». Un «todavía no» supone «pronto sí» o «con más trabajo sí». Entiende que el fracaso no es una situación permanente, sino un estado temporal del que se puede salir con la actitud adecuada. La cultura emprendedora lo comprendió muy bien. La quiebra empresarial dejó de ser un estigma hace tiempo. Es más, en el mundo de las startups no eres nadie si no te has arruinado varias veces. «El fracaso es una gran oportunidad para empezar otra vez con más inteligencia», dijo Henry Ford. Sería una lástima que en la escuela no se pensara así.

Ford tenía lo que Dweck denominó «mentalidad de desarrollo». Concebía el fracaso como una oportunidad de crecimiento personal. La investigadora también encontró individuos con una actitud antagónica, a la que llamó «mentalidad fija», y que conlleva un proceso de hundimiento personal. Es algo así como estar «suspenso», que según la RAE significa quedarse en un estado de desconcierto que impide actuar, hablar o pensar.

Cada una de las 200 bombillas que no funcionaron me enseñó algo que probé en el siguiente intento. Thomas Edison

Evolucionar hacía el «todavía no» es mucho más que cambiar los términos de la calificación, es promover la «mentalidad de desarrollo», asumiendo consideraciones pedagógicas como:

Valorar más el PROCESO (la involucración, el esfuerzo y el progreso) que el producto
Ayudar a VER EL HORIZONTE que se puede alcanzar con un buen trabajo
Demostrar CONFIANZA y APOYO en los momentos de dificultad

De acuerdo con la teoría de Dweck y parafraseando a Ford, el fracaso de la escuela del «suspenso» no es más que una oportunidad de empezar de nuevo con más inteligencia... con una nueva pedagogía que permita progresar hacia el «ahora sí».

Recuerda que unas veces se gana y otras... se aprende. Pepe Jiménez @jjmdruso

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Neotelling

Foto de Katharina Franz vía Flickr

¿Podrías vivir sin internet? Quizá incluso eches de menos esa época de teléfonos de ruleta y ordenadores Spectrum. La generación Z, la que ahora está en el aula, no cree que aquel tiempo pasado fuese mejor. Optimizar la comunicación didáctica implica resolver una ecuación combinatoria con, al menos, dos factores: las TIC y la ORATORIA. Lo «nuevo» y lo «tradicional» conjugado para crear una forma diferente de comunicar. Parece difícil, pero ya lo hicimos antes. Permíteme que te transporte en el tiempo para comprobar cómo.

Antes de morir en la erupción del Vesubio, Plinio el Viejo nos dejó una enciclopedia titulada Historia natural, donde describe una prensa de tornillo inventada por los vinateros. Tal fue su utilidad práctica, que el artilugio sobrevivió a la sombría Edad Media. De hecho fue objeto de continuos ajustes para su aplicación a la producción de vino a gran escala.

Más de 1.300 años después, un joven alemán de Renania buscaba hacer dinero con los peregrinos del Camino de Santiago. Tras un frustrado negocio con espejos sanadores, el chico se fijó en la prensa vinícola, pero a él no le interesaba el caldo de la uva, sino las palabras: quería fabricar Biblias en serie para venderlas. Se hizo con una prensa y la modificó integrando tecnologías posteriores, como el tipo móvil de Pi Sheng, el papel o la tinta. Aquel joven era Johannes Gutenberg y su invento democratizó el acceso al conocimiento.

«La imprenta es un ejército de veintiséis soldados de plomo con el que se puede conquistar el mundo». Johannes Gutenberg

En el libro Neotelling. El arte de comunicar con tecnología, Rocío Martín plantea que la nueva filosofía comunicativa docente también debe integrar diferentes tecnologías y saberes (informática, oratoria, psicología, pedagogía…) para «reconectar» con el alumnado. Neotelling significa retomar el espíritu que originó la imprenta para desencadenar una nueva revolución educativa.

A los que pretendan seguir sustentando la comunicación didáctica en estrategias del pasado, como la pizarra y el libro de texto, les recomiendo una cita de Groucho Marx: «Paren el mundo que yo me bajo». Reflejará bien la impresión que supondrá comprobar que tu clase de zetas está desconectada de la escuela y que es la red la que colma su ansia de aprender. Un grupo educado por internet... ¡HORROR!
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Creatividad en tiempos de guerra

Foto de historydaily.org


«Yo no sé con qué armas se peleará en la Tercera Guerra Mundial, pero en la Cuarta se luchará con palos y piedras». Albert Einstein

No hace mucho, José Iribas me invitó a escribir en su blog. El post que publiqué analizaba un episodio de la Segunda Guerra Mundial. Algunos tuiteros me animaron a seguir mirando el conflicto con ojos pedagógicos. Así que vamos a ello...

En clase, la Segunda Guerra Mundial se suele abordar desde la perspectiva impersonal de la geopolítica. Sin embargo, también podríamos acercarnos al conflicto a partir de historias humanas, descubriendo a PERSONAS como Alan Turing, que salvó 14 millones de vidas y, a pesar de ello, fue condenado por su homosexualidad (la película Descifrando Enigma es ideal para conocer su historia y llevarla al aula). Pero este post quiere fijarse en otra hazaña increíble protagonizada por la tripulación del dragaminas Abraham Crijnssen.

Corría el mes de febrero de 1942, Japón imponía su poderío en el Pacífico y el emperador Hirohito había puesto sus ojos en el archipiélago de la actual Indonesia. Pertrechada para la invasión, la flota comandada por el por el vicealmirante Takeo Takagi se disponía a iniciar uno de los mayores combates navales que el mundo ha conocido, la Batalla del Mar de Java. Enfrente, las fuerzas aliadas hicieron todo lo posible para defender sus posiciones, pero en menos de doce horas ya habían perdido la mitad de sus efectivos, dañando únicamente a un destructor japonés.

El alto mando aliado, dando la batalla por perdida, ordenó que todos los barcos se retiraran a un puerto seguro en Australia. La tripulación del Abraham Crijnssen sabía que su buque era, posiblemente, el más lento de toda la flota aliada. Presa fácil para los cazas nipones que patrullaban el Pacífico. ¿Cómo evitar ser interceptados? Les iba la vida en encontrar una respuesta válida ¡Esta sí que es una buena pregunta para hacer ABP!

Llegaban noticias de otros acorazados que trataron de huir de aquellas aguas... y ninguna era buena. El enemigo acechaba en la única ruta de salida.


«Si buscas resultados diferentes, no puedes hacer siempre lo mismo». Albert Einstein

La creatividad venció al desanimo. La tripulación del Abraham Crijnssen tuvo una de esas ideas que están a medio camino entre la genialidad y la locura: CONVERTIR SU BARCO EN UNA ISLA. Lo cubrieron de maleza, incluso árboles, pintaron las cubiertas, retiraron la bandera... Navegarían durante las noches y pasarían el día en silencio, camuflados como una de tantas islas deshabitadas de aquel inmenso archipiélago. Tardaron mucho en llegar a Australia, pero llegaron sanos y salvos, a pesar de haber sido sobrevolados por aviones de vigilancia en más de una ocasión.

Historias como esta, en las que el ingenio humano soluciona problemas aparentemente imposibles, son muy frecuentes en la Segunda Guerra Mundial. Desde el punto de vista pedagógico, constituyen todo un argumento a favor de emplear problemas abiertos como recurso para desarrollar la creatividad. Y ten por seguro que contar este tipo de historias incrementará el interés del alumnado hacia el tema.
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Arquitectura de la innovación

Foto de Dani Vázquez vía Flickr


A pie de obra, la carga laboral abruma. Si no perteneces al mundo educativo, quizá no sepas que todo está cambiando (...) De ahí que si te encuentras a uno de esos albañiles de la tiza y le preguntas «qué estás haciendo», es posible que su respuesta sea: «¡Aquí sudando! No paro de mezclar cemento y pegar ladrillos, y esto no acaba nunca. Además no me quito de encima al capataz». Entiéndelo, puede que tú contestaras lo mismo en su situación. Pero cuando llega a casa, ese incansable obrero toma conciencia de la verdadera dimensión que tienen sus pequeñas acciones del día a día, y puede decirse a sí mismo: «Estoy haciendo una catedral», porque esa es la verdadera magnitud de la innovación. Pedagogía vía Twitter

En cierto sentido, la educación y las grandes obras arquitectónicas se parecen. Como refleja la cita, ambas reportan grandes logros gracias a multitud de pequeñas acciones. Pero hay más. Si te fijas, ambas se componen de una parte TÉCNICA y otra más, digamos, OPINABLE. Profundicemos sobre ellas...

El arte

¿Te gusta el museo Guggenheim de Bilbao? Tu respuesta dependerá de cánones estéticos muy personales. Muchos consideran que Frank Gehry diseñó una verdadera obra de arte, aunque también están los que piensan que no es para tanto. Son posturas igualmente respetables. Volviendo al mundo educativo, podríamos preguntarnos qué tipo de persona debe educar la escuela. También es opinable.

Para que un proceso de innovación pedagógica tenga éxito, es vital concretar su parte opinable. Tomando como referente el contexto escolar, podría ayudar DEFINIR EL PERFIL DE SALIDA DEL ALUMNADO (PSA), es decir, consensuar qué competencias, valores, hábitos... debería tener el alumnado que se gradúa en el centro. El PSA puede ser un buen eje de innovación, al poner al Claustro en la tesitura de dar respuesta a preguntas del tipo: ¿Qué tenemos que hacer/cambiar en clase para lograr el PSA?

La técnica

Una vez acordada la parte opinable, debemos admitir que hay un conocimiento técnico que no es opinable. En el caso del Guggenheim es el que permite que no se caiga. Nadie discute sobre esos principios básicos de la Arquitectura, como tampoco deberíamos cuestionar, por ejemplo, que el aprendizaje significativo es beneficioso. En Pedagogía hay muchas teorías demostradas.

Hearsey y Blanchard también demostraron que para que una innovación se implante en un centro se ha de seguir una METODOLOGÍA INSTITUCIONAL, con una secuencia parecida a esta:

  1. Adquisición de conocimientos. El primer paso es la formación teórica de todos los agentes de cambio.
  2. Desarrollo de habilidades. A partir de una base epistemológica compartida, se desarrollan estrategias de intervención. Cada cual creará las suyas, en función de sus necesidades y recursos personales, pero estarán vinculadas por un propósito común (el PSA).
  3. Empoderamiento individual. Las experiencias propias de éxito contribuirán al desarrollo de aptitudes promotoras del cambio. Alcanzar esta etapa equivale a lograr que las personas implicadas crean en la innovación y asuman la iniciativa para alcanzarla.

Estas fases conducen al EMPODERAMIENTO CORPORATIVO (=un equipo coordinado y decidido a mejorar). Lograrlo evitará el "efecto isla" propio de los procesos de innovación pedagógica.

He visto muchos docentes innovadores, y pocos colegios e institutos que lo sean. Estos buenos profesionales vuelcan su trabajo en su aula, pero las resistencias a las que se tendrían que enfrentar si decidieran extender sus métodos al resto del Claustro, les mantienen encerrados en su clase... Innovan en su isla.

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