Foto de National Geographic vía web |
Jeff Sutherland fue piloto de combate en Vietnam. Allí aprendió importantes lecciones de vida. La primera de ellas fue el valor de la confianza en el equipo. Sin confianza, sin equipo, estabas muerto.
Los equipos más eficaces eran los comandos. Dos rasgos los distinguían: (1) eran multidisciplinares. Cada soldado era especialista en algo (explosivos, comunicaciones, medicina...). (2) Se autogestionaban. Jeff observó que, a diferencia de la tropa, el comando no recibía órdenes sobre cómo actuar. Los mandos se limitaban a fijarles un objetivo, y el comando decidía la mejor forma de afrontar la misión.
OODA fue otro de los aprendizajes de Jeff. "Observar, Orientar, Decidir, Actuar". Como piloto, tenía que seguir esa estrategia. Era buena. A pesar de que los cazas americanos eran más lentos y menos maniobrables que los MiG soviéticos que pilotaba el Việt Cộng, la batalla del aire se decantaba del lado estadounidense. Los vietnamitas copiaron la estrategia OODA con la esperanza de revertir la situación. No fue así. Los MiG estaban diseñados para soldados soviéticos, más altos y corpulentos que los asiáticos. Los pilotos vietnamitas no tenían buena visibilidad desde la cabina. El primer paso de la estrategia, "Observar", fallaba. Jeff comprendió que no basta con tener una buena estrategia, también necesitas que las personas estén capacitadas para llevarla a cabo.
Tras la guerra, Jeff se graduó en Stanford y consiguió un empleo en una empresa de software, MidContinent. Ahí se encontró con un entorno de trabajo opuesto a todo lo que había aprendido en Vietnam. El resultado era un auténtico caos: proyectos interminables, clientes insatisfechos, pérdidas... La industria del software estaba en crisis, no era capaz de adaptarse a un mundo que evolucionaba con mayor agilidad.
Jeff fue ascendiendo. Llegó a ser vicepresidente de MidContinent. Desde ese puesto, puso en marcha un plan de cambio. Diseñó un método basado en los aprendizajes de la guerra. Había nacido SCRUM. Otras empresas informáticas iniciaron procesos similares. Un buen ejemplo es Extreme Programming (XP) de Kent Beck.
El 17 de febrero de 2001, Kent, Jeff y otros gurús informáticos se reunieron en una estación de esquí en Utah, con el fin de compartir conocimientos y tratar de salvar la industria. De esa reunión salió el acuerdo que revolucionaría la forma de trabajar en el sector: EL MANIFIESTO AGILE.
La filosofía Agile y el método SCRUM han trascendido el mundo del diseño de software. Hoy se implementan en todo tipo de empresas. También ha llegado a la educación, a través de las Pedagogías Ágiles.
Muy buena información con datos a destacar.
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