Aprender de los fracasos

Foto de Jeremy Segrott vía Flickr

Ajustar la exigencia de una tarea al nivel de competencia de la persona que la va realizar no es nada fácil. De hecho, es frecuente equivocarse en este cálculo y proponer retos inalcanzables, ¿cómo los afrontan nuestros alumnos? La profesora Carol Dweck ha analizado las diferentes reacciones ante obstáculos insalvables, y traslada una pregunta a la comunidad educativa: ¿la escuela enseña a gestionar el fracaso de forma adecuada?

«Todavía no». No es la respuesta a la pregunta, aunque podría serlo. Es la expresión que han empezado a usar en algunos colegios para sustituir al tradicional «suspenso». Un «todavía no» supone «pronto sí» o «con más trabajo sí». Entiende que el fracaso no es una situación permanente, sino un estado temporal del que se puede salir con la actitud adecuada. La cultura emprendedora lo comprendió muy bien. La quiebra empresarial dejó de ser un estigma hace tiempo. Es más, en el mundo de las startups no eres nadie si no te has arruinado varias veces. «El fracaso es una gran oportunidad para empezar otra vez con más inteligencia», dijo Henry Ford. Sería una lástima que en la escuela no se pensara así.

Ford tenía lo que Dweck denominó «mentalidad de desarrollo». Concebía el fracaso como una oportunidad de crecimiento personal. La investigadora también encontró individuos con una actitud antagónica, a la que llamó «mentalidad fija», y que conlleva un proceso de hundimiento personal. Es algo así como estar «suspenso», que según la RAE significa quedarse en un estado de desconcierto que impide actuar, hablar o pensar.

Cada una de las 200 bombillas que no funcionaron me enseñó algo que probé en el siguiente intento. Thomas Edison

Evolucionar hacía el «todavía no» es mucho más que cambiar los términos de la calificación, es promover la «mentalidad de desarrollo», asumiendo consideraciones pedagógicas como:

Valorar más el PROCESO (la involucración, el esfuerzo y el progreso) que el producto
Ayudar a VER EL HORIZONTE que se puede alcanzar con un buen trabajo
Demostrar CONFIANZA y APOYO en los momentos de dificultad

De acuerdo con la teoría de Dweck y parafraseando a Ford, el fracaso de la escuela del «suspenso» no es más que una oportunidad de empezar de nuevo con más inteligencia... con una nueva pedagogía que permita progresar hacia el «ahora sí».

Recuerda que unas veces se gana y otras... se aprende. Pepe Jiménez @jjmdruso


44 comentarios

  1. Muy interesante artículo.Concuerdo con las ideas que aquí se presentan.Gracias

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  3. Me parece muy adecuado promover esta cultura de estás en el camino correcto y lo estás haciendo bien, porque te hace que sigas adelante ya que te queda menos y no haciéndote sentir peor por el hecho de que compañeros hayan aprobado ya y tú no. Somos diferentes y tenemos circunstancias diferentes, igual tu compañero a dedicado más horas que tú a estudiar o se le da mejor memorizar o a tenido más suerte que tú en un examen, quién sabe; la gente te puede adelantar en algunos aspectos por diferentes cosas, pero tú no lo estás haciendo mal. Esto es verdad que contribuiría positivamente en nuestra actitud, estoy convencido.

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  4. Totalmente de acuerdo con que en la escuela no se enseña a gestionar el fracaso. No se enseña ni a los alumnos ni a los padres. Hoy en día un alumno cuando suspende le preocupa más que sus padres le vayan a regañar por haber suspendido que el mero hecho de no haber alcanzado los objetivos de algo porque o bien no ha trabajado lo suficiente o porque no lo ha entendido bien. Debería, en los centros docentes, enseñar, tanto a padres como a alumnos al gestionar el fracaso, a no verlo como algo totalmente negativo, si no a verlo como una nueva oportunidad para mejorarlo y poder ser mejores.

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  5. Cambiar el tradicional "suspenso" por el "todavía no" me parece una idea genial que ayudaría a los alumnos a no perder la motivación y la esperanza en conseguir sus objetivos. "Todavía no" indica, como se dice en el blog, que pronto será un sí y que el "no" no será permanente. Esto haría que desapareciera el sentimiento de incapacidad que pueden presentar los alumnos cuando no llegan a los objetivos marcados.

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  6. El fracaso es un estado de ánimo pasajero en el cual debe de pasar todo individuo en algún momento de su vida para superarlo y saber que se puede salir de ahí, ver sus errores para no volver a caer. El fracaso te ayuda a desarrollarte como persona tanto intelectual como personal, a superar retos en tu vida los cuáles crees que no puedes superar.

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  7. MARIA DOLORES GONZÁLEZ PÉREZ2 de noviembre de 2018, 8:54

    Otra cosa nueva que hemos aprendido con este artículo. Creo que este planteamiento de "un todavía no" es muy acertado. Sin duda, de ahora en adelante lo tendré muy presente ya que, sin duda, es muy necesario ir introduciendo estos "pequeños" cambios en las prácticas docentes. Por ejemplo, como es el caso para contribuir en la percepción del fracaso, no desde el punto de vista de la culpabilidad o el victimismo, sino como una experiencia más de la vida de la que poder aprender.
    Creo que en generaciones pasadas, como la nuestra, a la mayoría nos han educado y enseñado utilizando el lenguaje de una forma poco constructiva como, por ejemplo, eres malo, eres bueno,... Un lenguaje con el que sin darnos cuenta atribuimos cualidades a las personas en lugar de a los hechos concretos o a las circunstancias. Y es, sin duda, complicado modificar esta manera tan interiorizada que tenemos de expresarnos. Pero, con constancia se puede conseguir porque es importante y positivo para el desarrollo personal de nuestro alumnado.

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  8. Hoy en día sería imposible desarrollar una tarea específica para el nivel de cada alumno, porque conocer a cada niño individualmente es una tarea difícil. Por lo que conociendo la metodología que tenemos actualmente, me parece muy buena idea cambiar el término “suspenso” por “todavía no” ya que favorece la motivación. La escuela tiene que empezar a cambiar el concepto que tienen los alumnos para que dejen de preocuparse por no aprobar y que se queden con lo que han aprendido a lo largo de ese proceso, intentando que comprendan que se puede aprender de los fracasos. Los docentes no tienen que darle tanta importancia al resultado final, sino elogiar el esfuerzo que realiza cada niño por superar una tarea y no elogiar solo a los que aprueban. Esta sería una manera de ayudarles para que no se desmotiven.

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  9. El simple hecho de cambiar la palabra suspenso por “todavía no” genera una sensación diferente al no superar un examen. Quizás sea una buena manera de motivar a los estudiantes para seguir progresando en lugar de penalizarlos por no alcanzar la nota mínima. De momento suena bien, pero creo que con el paso del tiempo esta expresión acabaría adquiriendo el mismo significado que “suspenso”. Con lo que sí estoy de acuerdo firmemente es con enseñar que los fracasos no son necesariamente malos, y de todos se puede sacar un aprendizaje para mejorar en el futuro. Es inútil obsesionarse con el error, hay que aprender de él.

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  10. Rafael E. Reigal Garrido4 de noviembre de 2018, 1:45

    Yo creo que este asunto tiene dos dimensiones. Por un lado, es necesario convivir con el fracaso. Es algo natural en la vida, que hay que saber afrontar y aprender de ello. Si no se admite el fracaso muchas veces no existirá el impulso por intentar cosas nuevas que permita avanzar. Por otro lado, a las personas hay que enfrentarles a situaciones de éxito. De hecho, en los primeros años escolares, las experiencias de éxito ayudará a mejorar la autoestima y la capacidad de eficacia personal que tendrá repercusión positiva cuando haya un enfrentamiento a una situación de fracaso. Por ello, considero que son dos caras de una moneda que deben ser gestionadas adecuadamente para procurar un desarrollo más adecuado de los alumnos.

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  11. La visión que se muestra del fracaso, no como algo irrevocable y sin solución, sino como una oportunidad de la que puedes y debes aprender, es fundamental.
    Cambiando esa expresión a la hora de calificar al alumno/a, y pasar de un “suspenso” a un “todavía no” creo que sería algo que mejoraría mucho a éstos, ya que no le estás diciendo que se rinda, estás motivándolo a que siga intentándolo.

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  13. Ojalá estuviera más extendida la idea de "todavía no" y no la de "suspenso". Esta última, desde luego ayuda mucho menos porque está asociada a la idea del fracaso y de la ineptitud. La primera, por el contrario, promueve el desarrollo y alienta a conseguirlo, si no es ahora, dentro de poco.
    Como alumna que ha recibido algunos "suspensos", puedo decir que si me hubieran dicho "todavía no", me hubiera sentido menos fracasada y me hubiera desanimado menos para conseguir mis objetivos.
    Como futura docente pienso tener muy en cuenta esto para animar a crecer a mis alumnos y a aprender de sus errores.

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  14. Muy de acuerdo con el texto. Muchas personas, no solo alumnos, tienen un miedo horrible al fracaso. A causa de esto surgen muchas inseguridades, ansiedad a la hora de afrontar exámenes o pruebas evaluables donde puedan fracasar, etc. Creo que deberíamos concienciarnos que no hemos nacido sabiendo todo, si fuera así, viviríamos en un mundo completamente aburrido. Estamos aprendiendo, no sabemos las respuestas porque, de ser así, no seríamos alumnos y, como estamos aprendiendo tanto a nivel educativo como en nuestra vida diaria, podemos permitirnos equivocarnos. No pasa nada, simplemente al cometer un error y clasificarlo como tal, seremos capaces de buscar alternativas hasta que una de ellas deje de serlo.

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  15. Todos los docentes, padres y personas dedicadas a los niños/as en el ámbito familiar o educativo deberían leer esta publicación, nada hasta ahora me ha parecido tan exitoso y real. Me encanta la iniciativa del “todavía no”, “a la próxima” o también tu puedes. Los alumnos necesitan mensajes motivadores, que le permitan lugar por su sueños y no aquellos mensajes que solo producen desánimo o desinterés.
    Muchos docentes siguen utilizando la antigua metodología del examen o control para evaluar al alumnado. Pensáis qué los pequeños de primaria están preparados para asumir continuas pruebas cada vez que finaliza el temario, yo creo que no, que en muchas ocasiones son innecesarios. Debemos de valorar el proceso y la involucración en el aula, no insignificante clasificación.
    Además, animar y motivar al alumnado en su aprendizaje, no incentivarlo al fracaso.

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  16. Me parece muy interesante la iniciativa y la actitud de los centros educativos que hayan dado el paso hacia la evaluación con el "todavía no". Como se habla en post anteriores, es importante generar la confianza y seguridad en si mismo del alumno, por ello considero que a la hora de evaluar a los alumnos es necesario motivarlos a pesar de que no hayan pasado la prueba, pues existen muchas circunstancias por la que puedan pasar los alumnos, y esto significa un "tu puedes y lo conseguirás" para la próxima vez. Bajo mi experiencia he tenido profesores que por desgracia, no se tomaban el suspenso con buena actitud, a pesar de la constancia y el trabajo del alumnado.
    En conclusión, en el ámbito escolar como dice Dweck habría que promover más la mentalidad del desarrollo para concebir el fracaso como una oportunidad para seguir creciendo y mejorando.

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  17. Siempre he pensando y siempre pensaré que que la calificación de todo un curso dependa de un solo examen es un error. Porque todo el mundo puede tener un mal día, una mala noche, un momento de nervios o de quedarse en blanco y no quiere decir que no se haya esforzado o que no haya sabido hacerlo.
    Todas las evaluaciones deben ser continuas y tener opción a repetir en cualquiera de los casos que he citado antes.
    La propuesta del "todavía no" me parece genial ya que como he comentado anteriormente, en las aulas no se imparte educación emocional y hay niños que no saben gestionar sus emociones. Si a eso le sumamos que un día reciba un suspenso con todas sus letras, podremos estar desencadenando depresiones y frustraciones infantiles que tan bien conocemos en la actualidad de nuestra sociedad.
    El concepto del error también lo tenemos muy arraigado, no sé quién estableció que era malo equivocarse, pero no puedo estar más de acuerdo con aquel que dijo "de los errores se aprende".

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  18. Beatriz García Martín7 de noviembre de 2018, 14:26

    Me encanta la propuesta del "todavía no".Cuando fracasamos tendemos a desanimarnos porque este término no suele ser aplicado. Es importante que valoremos el proceso que realizan los alumnos y cuáles son sus avances. Animarle a seguir, a continuar luchando, porque todavía no lo ha conseguido, pero está muy cerca, no hay que rendirse. El fracaso nos permite obtener una oportunidad para lograr ser la mejor versión de nosotros mismos, y queda comprobado por los estudios realizados, los cuales se mencionan en el vídeo que " not yet" ha sido un éxito.

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  19. El cambio metodológico hacia las competencias ha supuesto la valoración más del proceso aprendizaje sobre el producto entre otros ítems. Pero, sobre todo ver los fracasos no como una situación estática, si no como estadios para mejorar en base a los errores cometidos. Existen formas de trabajo en las aulas, sobre todo en los primeros cursos o con aquel alumnado con dificultades severas con el que se trabaja el aprendizaje sin error, es solo practicar e ir después retirando apoyos y que se vaya secuenciando las dificultades, así se anula la frustración y va alimentando su autoestima por otro lado.

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  20. Totalmente de acuerdo con el post, hace falta avanzar mucho de la escuela tradicional hacia el pensamiento actual, donde todas las capacidades deben ser valoradas.

    La gestión del fracaso para mi se encuentra muy relacionada con la gestión de las emociones, una asignatura que nos falta tanto a la comunidad educativa como a la sociedad en general.

    Categorizar al alumnado es una práctica que ha perjudicado a muchas personas a las que se les cuelga el cartel de ''insuficiente'' toda la vida en vez del ''lo alcanzará con más esfuerzo'', y que sus capacidades o talentos han sido desvalorizados por sus carencias.

    Leí una vez un caso que decía de un padre que apuntaba a su hijo a clases particulares de matemáticas por no aprobar la asignatura, mientas en plástica había sacado un diez. El docente recomendaba al padre que lo apuntara mejor a clases de dibujo y potenciar sus capacidades, y con una buena autoestima superaría el resto de obstáculos. ¿Curioso verdad?

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  21. De los post hasta ahora hemos leídos en el blog, este es el que me ha resultado más interesante. Es fundamental tomar consciencia de las palabras que se hacen en mención de Ford, Edison y Dweck, en primer lugar de manera propia y personal para poder aplicarlo en la vida diaria de uno mismo, laboralmente, y a continuación en la escuela y la educación.

    Nos mediamos diariamente por resultados exitosos o de fracaso, aprobados o suspensos y no somo conscientes de que el fracaso, los suspensos o los problemas son necesidades de mejora, de cambio y oportunidades nuevas que surgen delante de nosotros mismos.

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  22. Me ha encantado este post y el vídeo de TED TALKS. Siempre he pensado que un fallo o fracasar es una nueva oportunidad para hacerlo mejor de lo que podría haber sido. Cada día se nos presentan numerosas situaciones en las que podemos fracasar o superar pero el hecho de tener las oportunidad ya es crucial. Mi frase favorita es,' Actually, I can'.

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  23. Lo curioso es que Carol Dweck opina que todos tenemos esas dos mentalidades y que, en ocasiones, estamos trabajando en mentalidad fija y en otras la cambiamos para afrontar retos asumibles o que nos motiven más.
    En la cultura latina, el fracaso ha sido considerado siempre como algo negativo. Lo sabemos. Quizás todo sea un consecuencia de la influencia de la moral cristiana y musulmana, en las que la única redención parece llegar con la muerte.
    El fracaso es una herramienta pedagógica que nos vrinda tantas o más oportunidades de crecimiento que el acierto. A los que aciertan no se les vuelve a enseñar, pero al que no lo hace si. ¿Pro qué?
    Eliminar el sistema de notas y calificaciones, las etiquetas, los rankings,... está en nuestra mano debe de ser el principio de todo. Evaluar para calificar es nuestro fracaso como profesionales de la educación y de ahí sepuede salir. ¡Ánimo!

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  24. Cuando fracasamos en algo, nuestro propio instinto de superación nos hace investigar, probar otras tácticas hasta conseguir la habilidad que nos lleve al éxito. Esto mismo, extrapolado a la educación puede ser mejor gestionado con métodos como esta nueva visión del fracaso, que permitiría a los alumnos la posibilidad de abrigar en ellos la esperanza, el positivismo y la fuerza para creer en sus propias capacidades, en lugar de dejarles estancados en la incapacidad con la “sentencia del suspenso”.
    Por ello, creo que sería muy acertado ir incluyendo estos pequeños avances en la educación, ya que no suponen coste alguno y contribuirían al progreso del alumnado y a formar personas más positivas y menos vulnerables ante los retos de la vida.

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  25. Hoy en día el fracaso es muy complicado de gestionar, ya siendo adultos, cuanto más si hablamos de niños o adolescentes.
    No se enseña a superar el fracaso y tampoco a verlo como una oportunidad de mejora, entre otras cosas porque en la adultez no es fácil tomarlo así. Cuando suspendemos una oposición significa que serán más años de estudio y sentimos que no ha servido el trabajo ya realizado, cuando en realidad es que no ha sido suficiente o simplemente que no era nuestro momento.
    Personalmente me gusta pensar que cuando algo no ocurre como tengo planificado es porque no debe ser así, porque debo aprender a superar ese escalón y entonces alcanzaré la meta que será o no la que lo fue al inicio.
    Los centros educativos tienen una oportunidad perfecta para hacer que los estudiantes aprendan a gestionar los fracasos y las "pausas obligatorias" que nos da la vida ya que la vida escolar se basa en realizar pruebas y exámenes a superar.
    Pero para ellos los docentes deben ser capaces de entender sus propios fracasos como oportunidades y también de hacerlo ver a sus estudiantes, algo que desde mi punto de vista debe comenzar a trabajarse desde las facultades de educación en la formación inicial.

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  27. Super apropiado el paso que ha dado esta universidad a "Todavía no" en lugar de suspenso. Además siempre hemos sido calificados mediante notas numéricas (calificación cuantitativa) y eso hace que nos sintamos un número: soy de 5, soy de 7, se oye decir. Pero por qué no avanzamos a una calificación CUALITATIVA, donde nos dé más infomación que un solo número, que nos diga donde fallamos pero también donde somos buenos? Al fin y al cabo es mucho más gratificante que te digan que eres muy bueno en una cosa y que deberías mejorar otra que no que solamente te digan tienes un 6.
    Por tanto creo que esta iniciativa del todavía no es muy acertada y debería ponerse en práctica en las escuelas.

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  28. Me parece fantástica la idea del "todavía no" ya que sería una gran iniciativa para promover lo que se conoce como inteligencia emocional, la cual no recibe la suficiente importancia en las aulas. De este modo conseguiríamos que los alumnos y alumnas sepan gestionar sus emociones. Creo que los profesores deben enseñar a los alumnos a que los alumnos vena los fracasos y los aprobados como necesidades, como algo a lo que todo ser humano se tiene qu enfrentar en la vida, pero desde una visión positiva donde además de las debilidades que conlleva un fracaso se le muestren también sus fortalezas, para de este modo equilibrar la emoción y que el alumno no se sienta etiquetado.

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  29. Todavía no... mucho mejor que un suspenso. Te ayuda a darte cuenta de que aun que todavía no lo has conseguido, estás en el camino correcto para hacerlo en algún momento. Un buen recurso para aplicar en el aula.

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  30. Parece que la mente hace click cuando cambias la mentalidad de ''estado'' a la de ''proceso''. Este texto me ha hecho recordar el término de la indefension aprendida y me ha hecho trasladarla a comportamiento de mi infancia. Cuántos de nosotros no hemos tenido un profesor que nos ha hecho pensar que somos inutiles. Sin duda alguna el no alcanzar cuando eres niño te puede hacer caer en un estado de indefension que puede condicionarte de por vida. Bravo por esos profesores que marcar la diferencia para bien

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  31. Ver los fracasos con otra lente que no sea un “suspenso” en el caso de la educación puede marcar una gran diferencia en la vida del alumno. Al leer este texto me vino a la mente un profesor de la Universidad que, al comenzar el curso y darnos la bienvenida, siempre nos decía que los que estábamos allí por segunda vez (o la vez X) no éramos repetidores, que a él no le gustaba llamarlo así, si no que éramos continuadores, y la verdad que no puedo estar más de acuerdo con esa idea. Son diferentes formas de motivar a las personas a superarse y a conseguir sus metas, en vez de hacerlos sentir mal o incapaces de alcanzar sus objetivos.

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  32. Me ha encantado la idea del "todavía no". Muchas veces no somo capaces de vislumbrar una salida cuando tenemos un problema, más cuando la valoración de la no superación de ese problema es negativa.

    Mostrar que sí hay solución posible, poner sobre la mesa un reto y una posibilidad de salida creo que propicia el interés y por tanto el esfuerzo por alcanzar el objetivo marcado, se tarde más o menos.

    Siempre he creído que el error es sólo la oportunidad de hacer la cosas de otra manera.

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  33. El fracaso es necesario. Es la mejor forma para conocernos, si nos frustramos cuando nuestros alumnos o alumnas fracasan se lo transmitimos a ellos y a ellas también. Necesitan saber lo que incluye ese término, qué entiendan que conlleva, cómo han llegado hasta allí y cómo pueden salir de ahí. El cambio es bueno y deben entenderlo, porque eso les lleva siempre a una mejor forma de sí mismos.

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  34. A mi entender la escuela tiene muchas cosas que cambiar. En primer lugar, dejar de hablar de calificaciones y empezar a hablar de evaluación. Todo lo que lleve consigo un modelo estandarizado común para todos, nunca va a favorecer a valorar el proceso en vez del resultado. Si se continúa pensando que un examen con las mismas características va a demostrar la capacidad intelectual del alumnado, se estaría trabajando arduamente en la contribución que enviará este mundo a la quiebra en cuanto a valores éticos y morales, al desarrollo adecuado de una autoestima positiva y ajustada de sí mismo, etc

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  35. La estrategia del “todavía no” me parece genial. Seguramente no hemos llegado a eso todavía pero ya estamos en camino. Si es verdad que la educación tradicional se enfoca en el resultado, por el contrario todas las nuevas formas de educación más activas dan un mayor énfasis al proceso, estimulando la libertad de cometer errores y rechazando la lógica de juicio “correcto/incorrecto”; y así el error deja de ser un inconveniente, para convertirse en una estrategia alternativa.

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  36. Tendemos a relacionar el fracaso con algo negativo, sin pensar en el aprendizaje que podemos adquirir tras cada uno de ellos. Hay casos en los que son los maestros quienes no ven más allá del fracaso de sus alumnos. Sin embargo, tendrían que ser ellos mismos quienes valorasen el proceso más que los resultados obtenidos y demostrasen a los alumnos la confianza y apoyo que necesitan para superarlos. Quizás no se conseguiría a la primera, pero el resultado obtenido tras todos y cada uno de los fracasos, sería más gratificante y enriquecedor.

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  37. El fracaso es algo positivo debido a que de el aprendemos a hacerlo mejor la próxima vez que lo intentemos. Por eso, aunque tengamos alumnos que fracasan no debemos menospreciarlis sino apoyarlos para que no tengan una actitud negativa y no vuelvan a intentarlo.

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  38. Siempre hemos escuchado la famosa afirmación de "de los errores se aprende" y con este post lo podemos ver más claro. Cuando escuchamos decir a alguien que un alumno o alumna ha suspendido o fracasado directamente lo llevamos al ámbito negativo pero ¿por qué?. Como he mencionado antes, el fracaso puede suponer algo positivo ya que así, sabremos que la próxima vez tendremos que mejorar en ciertas cosas, aprendiendo como mejorarlas. Es algo que los docentes tienen que trabajar en sus aulas.

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  40. Muy necesario favorecer el pensamiento positivo sobre el fracaso, e involucrarse con el alumnado que presenta dificultades

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  41. Pienso que aunque las calificaciones son algo necesario cuando somos más adultos, éstas no deberían aparecer en la escuela primaria. Cuando desde pequeño estás dando importancia a obtener la mayor calificación, estás también fomentando la competitividad entre los alumnos de la clase y la discriminación hacia aquellos que no la obtienen. Si desde pequeños nos sentimos “fracasados” por suspender o por no llegar al nivel exigido para la media de la clase, esto va a crear adultos que son inseguros o que ya van a aceptar la idea de que realmente no son buenos en alguna materia. Desde la docencia debemos valorar más el proceso en sí, ver cómo cada alumno supera sus dificultades de manera diferente y a una velocidad diferente mientras que les proporcionamos seguridad y confianza para conseguir estos retos. Los profesores deben motivar, nunca hundir a los alumnos y esto se podría conseguir si el sistema de calificaciones se modificase hacia un sistema en el que ninguno es más que otro.

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  42. Es interesante la dicotomía que nos presenta este post entre la "mentalidad de desarrollo" y la "mentalidad fija". Desde el punto de vista personal, pienso que se debería fomentar mucho más la "mentalidad de desarrollo" ya que esta afecta a todos los ámbitos de la vida, a la forma de ver el mundo, y que con una energía más positiva todo es más sencillo de afrontar.

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  43. Qué importante es saber darle la vuelta al problema y ver una ventaja en lugar de una adversidad. En cambio, a través de los métodos de evaluación existentes, parece que la educación se centra en evitar el error propio del proceso de aprendizaje que experimentan los alumnos, en vez de convertirlo en un paso más para lograr adquirir conocimiento. Todo se resume en conseguir que el alumnado desarrolle tanto la motivación intrínseca como extrínseca. Para ello, el profesorado debe convertirse en un apoyo fundamental que les anima a no rendirse y a volver a intentarlo, si es necesario para lograr el objetivo marcado.

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  44. Muy importante la información y enseñanza del texto, las personas estamos acostumbradas a enfrentarnos a limitaciones sin posibilidad de insistir, ya sea porque o no se nos permite o porque nosotros mismos nos encasillamos en un resultado negativo. Es por esto que si este tipo de motivación se empezara a inculcar en las personas desde pequeños, ayudaría a que se lograran alcanzar objetivos, motivando una motivación constante y un deseo de desarrollo que no se limite a una única prueba. El fracaso es y va a seguir siendo parte de la vida diaria y solo dependerá de nosotros mismos la forma en la que veamos las derrotas, ya sea como una nueva forma de superarla o si decidimos que es un obstáculo imposible sin realizar ningún cambio.

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